Ficus retusa - B5395

Luz solar: Prefiere luz brillante o sol filtrado. Tolera algo de sombra, pero el crecimiento y la ramificación serán más lentos en condiciones de baja luminosidad.

Riego: Mantén el sustrato ligeramente húmedo, evitando encharcamientos. Reduce el riego en invierno, pero nunca dejes que el suelo se seque por completo.

Humedad: Prefiere humedad moderada a alta. Pulverizaciones ocasionales ayudan a mantener las hojas saludables y estimular un crecimiento vigoroso.

Poda: Puede podarse durante todo el año para mantener la forma, estimular ramificación y controlar el tamaño. Se puede usar alambrado para modelar las ramas.

Fertilización: Abona durante la primavera y verano con fertilizante equilibrado soluble en agua. Reduce o suspende la fertilización en otoño e invierno.

Trasplante: Trasplanta cada 2–3 años, preferiblemente en primavera, utilizando un sustrato bien drenante para bonsái (mezcla de akadama, turba y piedra pómez).

Floración y fructificación: Produce pequeñas flores discretas y, eventualmente, frutos pequeños. Su principal valor ornamental reside en el follaje denso y el tronco característico con raíces aéreas.