

Kit compuesto por:
5 x Ulmus minor
1 x Maceta plástico
2 L. Mezcla pre-bonsai
Envío y plazos de entrega
Política de devolución
Luz solar: La Ficus retusa prefiere luz solar directa a parcial para un buen crecimiento y desarrollo. Puede tolerar sombra parcial, pero el crecimiento puede ser más lento.
Riego: Mantén el sustrato ligeramente húmedo, regando cuando la capa superior esté seca al tacto. Evita el encharcamiento, ya que puede provocar la pudrición de las raíces. En general, la Ficus retusa es más tolerante a la sequía que otras especies de ficus, pero aún necesita riego regular.
Humedad: La Ficus retusa no es muy exigente en cuanto a la humedad, pero puede beneficiarse de niveles moderados. No es necesario un bandeja de humedad, a menos que el ambiente sea muy seco.
Poda: La poda es importante para mantener la forma y el tamaño del bonsái de Ficus retusa. Pode los nuevos brotes para fomentar la ramificación y mantener la forma deseada. También se puede realizar alambrado, pero hay que tener cuidado con las ramas delicadas.
Fertilización: Fertiliza tu Ficus retusa durante la temporada de crecimiento (primavera y verano) con un fertilizante equilibrado para favorecer un crecimiento sano. Reduce o suspende la fertilización en otoño e invierno, cuando la planta entra en reposo.
Trasplante: Trasplanta tu Ficus retusa cada 2–3 años, preferiblemente en primavera, antes de que comience el nuevo crecimiento. Utiliza una mezcla de sustrato bien drenado para bonsái.
Floración y Fructificación: La Ficus retusa produce pequeñas flores y frutos, pero generalmente se cultiva más por su follaje y forma que por sus flores. Una poda adecuada puede ayudar a estimular la floración y fructificación.