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Originario de los amplios bosques de Europa y Asia, el Pinus sylvestris es una conífera de porte majestuoso y carácter resistente, muy apreciada en el bonsái por su textura y su equilibrio visual. Su tronco muestra tonos anaranjados y marrones que dest
Envío y plazos de entrega
Política de devolución
Luz solar: Prefiere pleno sol. La exposición directa es fundamental para mantener el vigor y el color de las agujas.
Riego: Mantén el sustrato ligeramente húmedo, dejando secar un poco entre riegos. Evita el exceso de agua.
Humedad: Tolera bien ambientes secos, aunque agradece una humedad moderada y buena ventilación, sobre todo en verano.
Poda: Pode y pinza durante la primavera y el verano para equilibrar el vigor y controlar el crecimiento. El Pinus sylvestris responde bien a técnicas de pinzado y aclarado de agujas para refinar la forma.
Fertilización: Abona con regularidad en primavera y verano con fertilizante orgánico o específico para coníferas; reduce al final del verano y suspende en invierno.
Trasplante: Trasplanta cada 3–4 años, preferiblemente a comienzos de la primavera. Utiliza un sustrato bien drenado con akadama, pomice y arena gruesa.
Floración: La belleza del Pinus sylvestris no reside en sus flores, sino en su expresión atemporal — la textura del tronco, el color de las agujas y la sensación de fortaleza y equilibrio que encarna la esencia del bonsái.
Ficha técnica