Originario de Europa y de amplias regiones de Asia, el Pinus sylvestris, conocido como pino silvestre, es una conífera muy valorada en bonsái por su corteza anaranjada característica, follaje de agujas verde-azuladas y gran resistencia. Con un crecimie
Envío y plazos de entrega
Política de devolución
Luz solar: El pino silvestre requiere pleno sol para un desarrollo sano. La exposición solar directa es esencial para mantener la densidad del follaje y la vitalidad del árbol.
Riego: Prefiere sustratos que permanezcan ligeramente húmedos pero bien drenados. Debe regarse con regularidad, evitando el encharcamiento. Las raíces son sensibles al exceso de agua.
Humedad: Tolera distintos niveles de humedad ambiental, pero se beneficia de una buena circulación de aire. Evite ambientes demasiado húmedos y cerrados.
Poda: La poda estructural debe realizarse a finales del invierno o comienzos de la primavera. La técnica de pinzado de las velas (brotes nuevos de primavera) es fundamental para controlar el vigor, equilibrar la fuerza del árbol y favorecer una ramificación más fina.
Fertilización: Abone regularmente durante la primavera y el verano con un fertilizante equilibrado o ligeramente rico en nitrógeno. Reduzca el abonado al final del verano y suspenda en invierno.
Trasplante: Trasplante cada 3 a 5 años, al inicio de la primavera, antes de la brotación. Utilice un sustrato para bonsái de coníferas, bien drenado y aireado.
Floración y fructificación: El Pinus sylvestris produce pequeñas flores masculinas y femeninas en primavera. Cuando son polinizadas, desarrollan piñas que tardan unos dos años en madurar. En bonsái, la fructificación es secundaria, siendo el follaje y la corteza los principales elementos ornamentales.
Ficha técnica