Originaria de Japón, Callicarpa japonica es una especie muy apreciada en el mundo de la jardinería por su belleza y singularidad. Conocida popularmente como "beso-de-chica", se destaca por su fructificación colorida y decorativa, que ocurre en otoño. L
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Luz solar: Callicarpa japonica prefiere pleno sol para un desarrollo óptimo y producción de bayas. Puede tolerar sombra parcial, pero la cantidad de bayas puede reducirse.
Riego: Mantenga el suelo ligeramente húmedo, evitando encharcamientos. Deje que la capa superior del suelo se seque entre riegos. Callicarpa japonica requiere riego regular, especialmente durante períodos de sequía.
Humedad: Callicarpa japonica no es muy exigente con respecto a la humedad, pero se beneficia de niveles moderados. No es necesario usar un recipiente con humedad a menos que el ambiente sea extremadamente seco.
Poda: La poda es importante para mantener la forma y estimular un crecimiento saludable. Puede realizarse para controlar el tamaño y la forma de la planta. Tenga cuidado con las espinas al podar.
Fertilización: Fertilice Callicarpa japonica durante la estación de crecimiento con un fertilizante equilibrado y soluble en agua. Reduzca o interrumpa la fertilización a finales del verano y en otoño.
Trasplante: Trasplante Callicarpa japonica cada 2–3 años, preferiblemente a principios de primavera, antes del nuevo crecimiento. Use una mezcla de suelo bien drenada, adecuada para bonsái.
Floración y fructificación: Callicarpa japonica es conocida por sus bayas brillantes, que aparecen en otoño y se mantienen durante el invierno. Una poda adecuada puede ayudar a estimular una buena producción de bayas.
Ficha técnica