El Carpinus betulus, originario de Europa y Asia occidental, es muy apreciado en bonsái por su follaje delicado y por su corteza lisa, gris y elegante. Sus hojas son pequeñas, ovaladas, con bordes serrados bien marcados, y adquieren un tono dorado en o
Envío y plazos de entrega
Política de devolución
Luz solar: Prefiere pleno sol a semisombra. En climas cálidos agradece algo de protección frente al sol fuerte del verano.
Riego: Necesita riegos regulares, manteniendo el sustrato ligeramente húmedo. Tolera periodos cortos de sequía mejor que la haya (Fagus sylvatica), pero no debe secarse en exceso.
Humedad: Prefiere niveles moderados de humedad ambiental y se beneficia de una buena ventilación.
Poda: La poda estructural debe realizarse en invierno, durante el reposo. El pinzado puede realizarse a lo largo de toda la temporada de crecimiento para reducir el tamaño de las hojas y estimular la ramificación fina.
Fertilización: Abonar regularmente en primavera y verano con fertilizante equilibrado. Reducir el abonado a finales del verano y suspenderlo en otoño.
Trasplante: Trasplantar cada 2 a 3 años, a comienzos de la primavera, antes de la brotación. Utilizar un sustrato bien drenado y rico en materia orgánica.
Floración y fructificación: Las flores son discretas y poco significativas en bonsái. Produce pequeños frutos alados (sámaras), pero rara vez tienen valor ornamental. Su mayor atractivo está en su follaje fino y en la belleza de su corteza.
Ficha técnica