Originaria principalmente de Asia, Morus spp. es una de las especies más apreciadas en el mundo del bonsái por su follaje abundante y sus frutos sabrosos. Sus hojas, que pueden variar en tamaño y forma, presentan diferentes tonalidades de verde y, en a
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Luz solar: Las moreras (Morus spp.) prefieren pleno sol para un buen crecimiento y fructificación. Pueden tolerar algo de sombra, pero la producción de frutos suele ser menor.
Riego: El suelo debe mantenerse ligeramente húmedo, evitando el encharcamiento. Deje secar la capa superficial del suelo entre riegos. Las moreras son relativamente más tolerantes a la sequía que otros frutales, pero se benefician de riegos regulares, especialmente durante periodos de calor intenso o sequía.
Humedad: No son muy exigentes en cuanto a la humedad ambiental, aunque crecen mejor en niveles moderados. No es necesario utilizar bandejas de humedad, salvo en interiores muy secos.
Poda: La poda es esencial para mantener la forma, estimular la ramificación y garantizar la vitalidad del árbol. Pode en invierno para eliminar ramas muertas o enfermas y, si es necesario, a finales del verano para controlar el crecimiento excesivo.
Abonado: Durante la primavera y el verano, aplique un abono equilibrado, preferiblemente soluble en agua. Reduzca o suspenda el abonado en otoño e invierno.
Trasplante: Trasplante cada 2 a 3 años, preferiblemente en primavera, antes del inicio del nuevo crecimiento. Utilice un sustrato bien drenado.
Fructificación: Las moreras producen frutos dulces y sabrosos que suelen madurar en verano. Una poda adecuada y una buena exposición solar ayudan a aumentar la producción de frutos.
Ficha técnica