Carpinus japonica - B4960

Luz solar: Prefiere pleno sol, aunque tolera sombra parcial. La exposición directa al sol realza los colores del follaje y favorece un crecimiento vigoroso.

Riego: Mantén el sustrato ligeramente húmedo mediante riegos regulares. Evita el encharcamiento, pero no dejes que el suelo se seque completamente. En verano puede requerir riegos más frecuentes.

Humedad: Prefiere niveles de humedad moderados. Las pulverizaciones ocasionales son beneficiosas en días calurosos y secos.

Poda: Puede podarse varias veces durante la temporada de crecimiento para mantener la forma y fomentar la ramificación fina. La poda estructural debe realizarse a finales del invierno, antes de la brotación.

Fertilización: Abona desde la primavera hasta el otoño con fertilizante equilibrado. Reduce el abonado en pleno verano y suspende en invierno.

Trasplante: Trasplanta cada 2–3 años, preferiblemente a comienzos de la primavera, antes del nuevo crecimiento. Utiliza un sustrato bien drenante y aireado.

Floración y fructificación: Produce pequeñas flores en amentos al inicio de la primavera, seguidas de frutos alados (sámaras) que aportan interés visual. Su principal valor ornamental reside en la textura de la corteza y la delicadeza del follaje.