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Luz solar: Prefiere pleno sol o luz intensa, aunque tolera sombra parcial. Una buena exposición al sol ayuda a mantener las hojas pequeñas y una ramificación saludable.

Riego: Mantén el sustrato constantemente húmedo, pero evita el encharcamiento. La Zelkova es sensible a la sequía, especialmente en verano, por lo que el riego regular es esencial.

Humedad: Prefiere ambientes con humedad moderada a alta. Las pulverizaciones ocasionales son beneficiosas, especialmente en días secos o ventosos.

Poda: Puede podarse durante la temporada de crecimiento para mantener la forma y estimular la ramificación fina. La poda estructural debe realizarse a finales del invierno.

Fertilización: Abona desde comienzos de primavera hasta finales de verano con fertilizante equilibrado. Reduce o suspende el abonado en otoño.

Trasplante: Trasplanta cada 2–3 años, preferiblemente a comienzos de primavera. Utiliza una mezcla bien drenante para bonsái (akadama, pomice y un poco de arena).

Floración y fructificación: Produce flores pequeñas y discretas. El principal valor ornamental de la Zelkova nire reside en su corteza, ramificación fina y hojas pequeñas y proporcionadas.