Fagus sylvatica - B4784

Luz solar: Prefiere pleno sol o sombra parcial. En climas muy calurosos, conviene protegerla del sol intenso del mediodía para evitar quemaduras en las hojas.

Riego: Mantén el sustrato ligeramente húmedo, evitando tanto el exceso de agua como la sequedad prolongada. Las hayas no toleran el encharcamiento, pero tampoco deben secarse completamente.

Humedad: Prefiere humedad moderada a alta. Las pulverizaciones ocasionales ayudan a evitar que las hojas se resequen, especialmente en verano.

Poda: Puede podarse a finales del invierno antes de la brotación para definir la estructura. Durante la temporada de crecimiento pueden hacerse podas ligeras para controlar el tamaño y estimular la ramificación fina.

Fertilización: Abona desde la primavera hasta finales del verano con fertilizante equilibrado. Reduce el abonado en otoño para preparar la planta para el reposo invernal.

Trasplante: Trasplanta cada 3–4 años, preferiblemente a comienzos de primavera. Usa una mezcla bien drenante (akadama, pomice y un poco de tierra vegetal).

Floración y fructificación: Produce pequeñas flores discretas en primavera, seguidas de frutos en cápsulas espinosas. El principal valor ornamental de la Fagus sylvatica reside en su tronco elegante, el follaje denso y los tonos dorados y cobrizos del otoño.