Originario de la Península Ibérica y del norte de África, el Quercus faginea, conocido como roble carrasqueño, es una especie muy apreciada en el mundo del bonsai por su rusticidad y porte majestuoso. Sus hojas verde oscuro, que pueden tornarse doradas
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Política de devolución
Luz solar: Prefiere pleno sol, aunque tolera sombra parcial. La exposición directa al sol favorece un crecimiento vigoroso y hojas más pequeñas.
Riego: Mantenga el suelo ligeramente húmedo, evitando el encharcamiento. Los robles prefieren sustratos bien drenados.
Humedad: Prefiere niveles moderados de humedad. Evite lugares demasiado húmedos o con poca ventilación para prevenir la pudrición de las raíces.
Poda: Pode las ramas largas y los brotes no deseados para mantener la forma del bonsai. La poda debe realizarse a finales del invierno o al comienzo de la primavera.
Fertilización: Fertilice durante la temporada de crecimiento (primavera y verano) con un fertilizante equilibrado para árboles de hoja caduca. Reduzca la fertilización en otoño y evite durante el invierno.
Trasplante: Se recomienda trasplantar cada 3–4 años, preferiblemente a comienzos de la primavera, utilizando un sustrato bien drenado adecuado para bonsai.
Floración: El Quercus faginea no presenta flores vistosas, pero puede producir pequeñas bellotas. La forma del tronco y la textura de la corteza son los elementos más destacados de este bonsai.
Ficha técnica