Ginkgo biloba - B3559

Luz solar: El Ginkgo biloba prefiere sol pleno para un crecimiento saludable y vigoroso. Puede tolerar sombra parcial, pero el crecimiento será más lento y el follaje menos exuberante.

Riego: Mantenga el suelo ligeramente húmedo, pero evite encharcar las raíces. Deje que la capa superficial del suelo se seque entre riegos para evitar problemas de pudrición de las raíces. El Ginkgo es resistente a la sequía, pero aún necesita riego regular, especialmente durante períodos de calor intenso.

Humedad: El Ginkgo biloba no es muy exigente con la humedad del aire, pero se beneficia de niveles moderados. No es necesario un recipiente de humedad, a menos que el ambiente sea extremadamente seco.

Poda: La poda es importante para mantener la forma y la estructura del árbol. Pode el nuevo crecimiento para fomentar la ramificación y mantener un tamaño adecuado. Evite podar en exceso, ya que el Ginkgo tiene un crecimiento lento y puede tardar en recuperarse.

Fertilización: Fertilice el Ginkgo durante la temporada de crecimiento con un fertilizante equilibrado y soluble en agua. Reduzca o detenga la fertilización a finales del verano y en otoño para permitir que el árbol entre en dormancia.

Trasplante: Trasplante el Ginkgo cada 2-3 años, preferiblemente en primavera, antes del inicio del nuevo crecimiento. Use una mezcla de tierra bien drenada y rica en materia orgánica.

Florecimiento y Frutificación: El Ginkgo biloba es una planta dioica, es decir, existen árboles masculinos y femeninos. Los árboles femeninos producen frutos con una semilla comestible al final del otoño. Los árboles masculinos producen flores amarillas similares a catkins. Una poda adecuada puede ayudar a promover la frutificación en los árboles femeninos.